Y qué hueá si somos inútiles al mundo. Estamos orgullosos de la desintegración de nuestros rostros, de nuestras flácidas piernas, de nuestras fálicas enfermedades (o sea de nuestros picos que se caen a pedazos, señoritas). A veces expulsan nuestros cuerpos por vías no previstas los excesos de la noche ya muerta, y se nos huele a distancia, y la autoridad nos busca como si fuéramos cuerpos en descomposición, y hacen redadas en plazas o esquinas tratando de capturarnos, de curar nuestro trastorno. Pero a un Pasta no se le captura, porque un Pasta es un concepto (borroso, tal vez), una idea, una forma de mierda de ver el universo de mierda. Veneno, diría el Marc, puro veneno.
Entonces nos sentamos en mesa aparte, triángulo estratégico, y abandonamos, interrumpimos, asesinamos, sin escrúpulos.)
Juancalavera
No hay comentarios:
Publicar un comentario