20081231

ANARKIA TROPIKAL



























Pasta, el nuevo disco de Anarkia Tropikal para cantar y bailar con toda la familia. Versión Karaoke.


Descárgalo en

http://rapidshare.com/files/178364486/AnarKia_tropikal_-_PASTA___2008_.rar

20081214



Yo es otro

20081210

CALAMBUR





Papadoupoulos

20081207

-Me gustaba casi entera: su actitud, su cuerpo, su cama, su sonrisa, su inteligencia, su humor, su sensibilidad, sus tetas, su casa, su discurso, su mirada, su círculo, su gusto, su cintura, su habilidad, su comida, sus besos, su intuición, su baile, su culo, sus libros, su olor, su ropa, en fin, me gustaba casi entera.

-¿Y entonces?

- Hermano, no me preguntes... no sé porqué lo hice.

La Sombra de la Duda






que por mi mente pasa, como fatal visión
.






Vendría volao en la micro, necesitando, rápido, escribir una idea, creería, que el mundo necesitaba pensar. En la tentación de ser Dios, nuevamente, se habría convertido en una babosa. Luego, cuando volviera a ser hombre, vería la estela de su baba marcada en el tiempo y antes que verguenza, sentiría risa, risa de sí mismo, del mundo, del absurdo. Sabría que eso pasaría, sin embargo, con un súbito acto de fe, se rebelaría a la costumbre del fracaso y creería. No sería fácil, pero lo lograría, en gran parte, gracias a preguntarse si realmente habría estado fallando sólo en la puntuación que le daba a la situación; le gustaría repetirse a sí mismo "seis por siete, sesenta y siete" y luego se reiría de los mecanismos de confirmación para la rectitud del pensamiento. Sobre este principio, pensaría, se rige toda la educación. "Y si toda la sociedad está de acuerdo en que su principal enfermedad reside en la mala educación, entonces no tendría por qué reproducir las mismas técnicas que ya fallaron". En ese momento, como siempre, se cruzaría la sombra de la duda; se preguntaría por la posibilidad de escapar a esa vibración, por la facultad de tomar conciencia del propio condicionamiento y combatirlo. Se acordaría de los científicos sociales que, heridos en el orgullo por su descubrimiento, aseguran que precisamente es ese el ejercicio y la posibilidad de la libertad del hombre.


Entonces, a su lado, se sentaría una mujer y todo cambiaría. De un momento a otro, el hombre sí tendría facultad de verdades libres, propias, iluminadas, nuevas, positivas. ¿Así de fácil?- así de fácil, se reiría de nuevo. Otra vez, todas las derrotas del pensamiento le producirían risa. Tal vez ya se habría acostumbrado a las tinieblas psicológicas, políticas, estéticas, matemáticas, sexuales, físicas e históricas. Enganchar el freno de mano, se habría vuelto ya un instinto. Si tan sólo lo pudiese desenganchar a libre disposición, seguro que le hablaría a la mujer sin ofenderla, sin sentirse idiota. Pero, por esos tiempos, nadie, salvo los borrachos, interrumpirían la cotidianeidad de esa forma -¡y ni siquiera ellos!- se interrumpiría, de inmediato el vulgo se repliega ante los borrachos, como ante los locos. De eso, como ahora, estaría completamente seguro.

Nos limitaríamos a imaginar qué pasaría si hiciéramos algo distinto a lo que siempre haríamos. Tendería a concebir esa incertidumbre entre el pensar y el hacer, como un vacío. Una nada en la que fluiríamos sin sentido, a la que buscaríamos poner orígenes en el pasado o el inconsciente, olvidando el presente táctil, corpóreo, sensible. Entonces se daría cuenta de que la micro ya iría llegando a su casa y que, el pensamiento se tendría que interrumpir, y todo, como siempre, habría sido otro esfuerzo estéril. Bajaría y correría a su casa, entonces, tratando de plasmar algo de lo soñado hacia el futuro, en letras, en palabras, con fuego en su memoria. Pero, nada más bajarse y caminar algunos pasos, ya habría olvidado lo medular, lo que quería. Se conformaría con los residuos, entonces, y dormiría.

¿Por qué, maricón, te metes en mi vida y la escribes como si fuera una profecía? Sí, a ti te hablo, narrador omnisciente que juegas a ser Dios y ni siquiera tienes el valor de crearme a tu imagen y semejanza. Me haces torpe, distraído, débil, mamarracho y, de todo aquello, crees sacar valor para ti mismo. Pues estás muy equivocado, me rio de ti en tu cara, porque yo soy el que hace las cosas, tú te limitas a sentarte frente a un computador y decir cómo las debería hacer o, mejor dicho, como las deberías haber hecho tú. Mi futuro es tu pasado y, aunque te cueste admitirlo, mi presente es tú presente. ¿Qué pasaría si te cortaran la luz? Ya ni siquiera en papel serías capaz de proyectarme, necesitas de mí, tanto como yo de ti, pero tú no lo admites y te ríes, sardónicamente, de mi ante tus amiguitos, como si ellos realmente pensaran que yo y tú somos distintos. No sabes que yo he estado ya con ellos, quizás menos veces que tú, pero han sido momentos relevantes. Nos hemos conocido y reconocido. Contigo, en cambio, sólo han reído y burládose de otros. Entre esos, de mí, incluso. No me importa, es parte de la vida actual burlarse hasta de la propia madre, no me afecta como a ti sí lo hace el que yo me burle de ti. Y vaya si lo hago, en silencio.

¿Harás valer tu falsa ira de dios acaso?- vamos, te espero.

20081201

EL MUNDO ES DEMASIADO ANCHO

El mundo es demasiado ancho para que pueda cumplir mi cometido.
Renaceré nuevamente. Por lo pronto me emborracho
y silbo largo tiempo.


www.niunbrillo.wordpress.com

Escurridizos bastardos son los que se fugan por las paredes, duendes que amenazan con fumarse mis tripas sino les consigo un prensao para su angustia. El día anterior el sueño se apoderó de mi leproso cuerpo y cuando abrí los ojos, uno de los pequeños mierda intentaba abrirme el estómago con un corta cartón que guardaba en una caja carcomida por el tiempo y las mudanzas. No tengo puta idea cuanto más resista, las botellas de ron se estan acabando y con ellas las ganas de seguir peleando con los desgraciados esos que habitan mi casa y le han puesto precio a mi cabeza.

20081130

Por la Alameda, avanzo de espaldas. Leo un libro destartalado, escucho personal y masco un chicle. Sólo fluyo en trance, desatento del libro, de la música, del chicle y también de la micro. Por un momento, supongo que no estoy allí.

Un marchito olor a cenicero, talco y flores secas me interrumpe. Hasta entonces no me había dado cuenta que había un viejo sentado a mi lado. Su cara, sin prisa, está siendo carcomida por su calavera. Me mira y sonríe con ternura, la cara; con miedo, el futuro. No soy capaz de mirarlo a las cuencas.

Afuera, las bocinas están ahí.

20081128

yisus y mis 33

Pendejos pastabaseros me persiguen

Hacha en mano, filos de dientes

No se conforman con pasta ni con ninguna mierda

Han sobrepasado el límite impuesto de la dependencia

Quieren cortarme el duro pelo

Quieren verme morir


Huyo mariconamente

Busco salvación,

Los pastabaseados del pasado

-Hoy trabajadores-

No me pueden ayudar

Nicagando


Las hordas de la pasta se regeneran

En nuevas generaciones

Cada día más insolentes

Con nosotros, los cada día más viejos


¿Es que acaso debemos morir con nuestra juventud?

Yo creo que sí

20081125

TAMBIÉN EL DIABLO


PUEDE HACER MILAGROS

20081124

sin pan ni pedazo

un poto en el andén
preciso y precioso
me subo y se sube
un viejo en el vagón
y un asiento libre
me mira y lo miro
duda y yo dudo
el poto no duda
me siento en el piso
el viejo me mira

20081123

Encerrado en el baño
desenfocada la imagen
en el espejo
sólo escucho sus ladridos
agudos como la tiza

NEGRA

corro por caminos incaicos
levanto polvo con mis derrapes
pronto descansaré a tu lado
qué tonto sería detenerme ahora

20081122

¿Simpatía por el demonio?
-Pura arrogancia
Si el conocimiento es otra prisión,
Sólo sé que mucho sé
Mas nada me vale ante
El viscoso escalofrío
Del círculo vicioso
En el que todos acabamos

20081121

RON: quitar el cuero (o esquizofrenia mapuche)

Esta wea es pública
si es pública es de todos
si es de todos es mía
si es mía hago lo que quiero
si hago lo que quiero soy libre
si soy libre soy feliz
si soy feliz soy gay
si soy gay el mundo está mal
si el mundo está mal yo estoy mal
si yo estoy mal váyanse a la chucha
si se van a la chucha vuelvan
si vuelven háganla piola
si la hacen piola la hacen mal
si la hacen mal el mundo se equivoca
si el mundo se equivoca hay más embarazos
si hay más embarazos hay menos femicidios
si hay menos femicidios hay más vida
si hay más vida hay más comunicación
si hay más comunicación hay más publicidad
si hay más publicidad hay más australianos
si hay más australianos hay más privacidad
si hay más privacidad hay más tele
si hay más tele hay más teletón
si hay más teletón hay más mascotas
si hay más mascotas hay más dueños
si hay más dueños hay más esclavos
si hay más esclavos hay más alienados
si hay más alienados hay más depresión
si hay más depresión hay más psicólogos
si hay más psicólogos hay más giles
si hay más giles hay más blogs
si hay más blogs hay más comentarios
si hay más comentarios hay más weás
si hay más weás hay más de esta weá
y esta wea es pública y si es pública es de todos.









20081107

DEBATE

CUADERNO PERDIDO EN UNA MICRO

En la vida de León, como en la mía, todo pasa con el tiempo, menos la verguenza. La timidez, más que una triste parsimonia del alma, es el producto de una decadencia moral crónica. Mas León no es considerado una persona tímida, al contrario, en su trabajo y entre su familia, se piensa que es un tipo honorable y conversador, entre los hombres todo un hombre. Sin embargo, y aunque él no lo sabe, bien lo sospecha, ese honor del que se conversa está terriblemente atemperado, sino completamente determinado, por una verguenza ajena. Él siente verguenza de lo que yo soy y yo de lo que él es, por eso nos vemos atrapados en esa camisa de fuerza llamada respeto. León le teme a su naturaleza escatológica, yo a la mía, y a la de él, y a la de todos; nos sabemos nocivos e intentamos pagar nuestra culpa sin combatirla. Dicen que la época de las revoluciones terminó en manos de la gran marcha triunfal, algo así como todas las revoluciones en una sola, eterna. León, en esa eternidad, cree que a su cerebro ha entrado agua y que su pensamiento ahora se volvió líquido. Le gustaría estrujar su cerebro y volver a pensar las cosas directamente porque, de alguna forma, cree que las cosas deben cambiar y el agua lo hace todo tan lento. Se olvida León que bajo el agua hay también quienes desarrollan rapidez y que ellos necesitan del agua para vivir. Entonces se pregunta si vale la pena vivir; cuál es el sentido de arrastrar con su propia lastra. Yo le miento, no lo puedo evitar, le digo que sí vale la pena, que lo que no vale la pena es pensar así. Pero palabras que se dicen sin sentirlas, sólo ayudan a exagerar la verguenza, que no es poca y siempre está. León, sospecha, como todos que las cosas demasiado obvias no son reales, que en la pena no hay valor, sólo pena. Como la verguenza, no es ni más ni menos que cualquier otra cosa porque cuando ella es, lo otro no será, como vida y muerte; infiel, como la libertad al cuerpo.
León es lo contrario a un poeta y yo, yo temo que todos somos León.
Y ahora los engrupo con que los tengo engrupíos, con la verdad y el viento en popa.

20081103

ME LLAMAN ENEMIGO DEL GOL
ARRUINO JUGADAS PERFECTAS

SOY UN ARTISTA EN LA CANCHA
¿POR QUÉ HABRÍAN DE SUSTITUIRME?

20081027

EL CHACAL DE HUACHIPATO

La muerte es un acto de fe.
Lacan.

Morir matando es la ley.
Los Tigres del Norte.



Miasmas portuarias brotando de las submarinas corrientes surpacíficas, los residuos químicos de las industrias del metal penetrando los tejidos de los otrora frescos mariscos, vapores que silencian los movimientos conspirativos del resoplante monarca de los asesinatos que sacuden Talcahuano. Se desliza el atrevido por la avenida. Medita paso a paso el vengador bajo la brisa, bajo la noche anarquista cómplice de la descomposición del alma. Palpa el sable que carga en la chaqueta. ¿Vale la pena morir hoy? Altos hornos vomitan granizo lacrimógeno sobre las antiguas construcciones radiantes de pobreza. ¿Vale la pena morir hoy? Inquietas las manos quieren estrujar las carnes de sus verdugos, en este nocturno fatal para los solemnes escuadrones oficiales condenados al degüello, al tajo, a la tumba, ceremonia fúnebre luto nacional para los uniformes haraganes del Estado caídos por el cuerno diestro blandido por el Chacal de Huachipato. No hay testigos salvo esta pluma. Periodistas plagiarios y charlatanes en su absuelta ignorancia hablaron con letra entrecortada de la hazaña como se habla de un asalto o un arresto cualquiera, en los días posteriores.

Dio tres golpecitos muy suaves en la puerta de hierro. Los llamados carabineros oyeron las señales y el más gordo de apellido Vera caminó hacia la desgracia, componiendo en su mente un cuento de inocencia sin igual. El otro veía tele.

Diez años atrás pilló la maña, la certeza, y la mueca de su rostro se fue puliendo con el tiempo, desaparecidas las risas para siempre. ¡Moisés! lo llamaban camino a la escuela las barricadas drogas. Luego hay que robar para conseguirlas. Entonces llega el día que una mina cae por tus tontos golpes quieta, y ya nadie quiere estar contigo sino es por la fuerza, por el cortejo la danza los círculos las flores que traza tu navaja. El niño es bravo. Le mete el puñal en la guata, el pico en la herida. Y luego es otra y otra. El bastardo corría rápido había aprendido en las poblaciones. Mas un crepúsculo porteño de astros asomados en la bahía y etéreas espumas devolvió un cuerpo sobre la arena. Una pequeña que agonizante retrató al cabro máximo moreno zarpas de acero. Y balas varias cruzaron al choro que por tejados se escabullía, y al día siguiente los policías seguían la huella de sangre hasta otro cadáver donde las sangres de Moisés y su presa se confundían. Forjaba leyenda el hijo de puta.

Pero como una roca disuelta en el tiempo, flaco y de piante vestir sólo en su pieza se retorcía, preciosos días soleados de fin de semana comenzaron a ser para él laberintos de muros no visibles atacados por quizá qué miedos sus miembros temblando. No había vergüenza ni arrepentimiento en sus gemidos sino la necesidad de detenerse y la más pura resignación ante el fin que se acerca, eso si, las cosas terminarían a su manera, y con la decisión ya tomada los días se hicieron más soportables. Humorismo perpetuo: el hombre contempla la paz cuando se esfuma la trama.

El policía cruzó el jardín, abrió la puerta que daba a la calle y sólo vio dos grandes ojos. ¡Vengo a entregarme!, dijo sorpresivamente el bronco saltando de improviso sobre el cogote del policía. El otro que se asomaba más atrás con la calma acorde a esas horas alcanzó a ver un cuerpo caer y al huracán Moisés venírsele encima. Se protegió como pudo, echando balas al aire y vergonzosos gritos de chancho herido, animal que no se conforma con una despedida digna, extinto, manchando el verde uniforme y las baldosas recién enceradas con la basura de su vida desparramándose como hiedra purpúrea. Apagó la luz y esperó en un rincón. Una decena de policías empollados por allá bien en el fondo de esas habitaciones nació de golpe, y uno a uno Moisés rajó vaciando sus gargantas protegiéndose saltando sobre mesas esquivando palos rodando matando. Nadie atinaba bala en su silueta y el porfiado Chacal parecía no cansarse de agitar el sable. Los policías se refugiaron en la otra habitación, gritaban aterrorizados, y de pronto por la puerta asomaban revólveres que disparaban como locos a cualquier parte. Moisés a oscuras y en silencio cambiaba de posición constantemente, volteando mesas, abriendo cajones, rugiendo con lo que se llama pura choreza. De pronto del estruendo tremendo salió un suspiro. Una bala había alcanzado la frente exacta de Moisés, que entre el humo las astillas de los muebles destrozados y la sangre de otros seis cadáveres conquistó su merecida tregua. Tardaron unos segundos en cesar las balas, hasta que un paco joven y valiente hizo un gesto a sus compañeros y se acercó sudando pasando por sobre sus antiguos amigos hasta el soberbio mártir. Constató la muerte. Escupió el cadáver.
-Vaya insolente, dijo.
Era el cabo Raúl Rodríguez.

CATACRESIS

"Hay lo inexpresable, lo que se muestra a sí mismo; esto es lo místico". Lo dijo Wittgenstein, dije, y por qué me citas a Wittgenstein ahora, qué quieres decirme, no, nada, no, pero seguro te das cuenta.


Papadoupoulos

20081022

I

Encontrábase limpiando los baños del casino el cabo Eduardo Silva cuando escuchó los gritos. La Escuela de Equitación Óscar Cristi Gallo de Carabineros -vaya palabra difícil- es lo suficientemente calma, toda una parcela, para escuchar lo que se habla incluso en la lejanía. "Se escapó la Yoli, se escapó la Yoli" gritaba, de seguro inmóvil, el Teniente García. El cabo, idealista al extremo de acabar en los baños, desobedeció otra vez una orden y corrió hacia donde se apiñaban otros subalternos como él. "Qué hacen, ahueonaos, tráiganla" les gritó García. "¿Por dónde se fue?", preguntó Araya, cuya fidelidad sólo se podía equiparar a la de Max, su pastor alemán. "Se perdió detrás de esos árboles", respondió el teniente, un poco más calmo. La Yoli era una yegua santa del más alto linaje pérsico, posiblemente, quién sabe, siguiendo alguno de esos senderos que se bifurcan hacia el pasado, encontraríamos en ella la sangre de Eous, uno de los cuatro Caballos del Sol. El cabo Silva, seguramente el único que sospechaba el hallazgo, supo entonces que nadie más que él podría encontrarla. Por eso fue que corrió en el sentido opuesto a lo otros, peones, y salió por la puerta ancha del recinto.

II

Esperaba yo la micro en la avenida Grecia cuando me encontré con Tomás Bilbao, un pobre diablo que de ilustre ya ni el nombre le quedaba. Me saludó con un sorprendente abrazo; años atrás, cuando lo conocí, solía ser hosco y arrogante, exultante de una violenta timidez. En ese momento, al contrario, se mostró amable y conversamos largo rato. Me contó que estaba urdiendo, con otros como él, una acción radical. "La noche del jueves vamos a subir, simultáneamente, a los Cerros Renca, Manquehue, Chena y Provincia, y marcaremos con fuego sobre sus bastas extensiones, los signos Comunista, Anarquista, Nazi y el nuestro, Pastabasero, respectivamente, para que iluminen la noche santiaguina". No le creí nada, aún queriendo hacerlo. Le comenté algo sobre el incierto devenir de la Comunidad, eso pareció interesarle. En eso, llegando a Bustamante, se apoderó de mí una sensación de irrealidad escalofriante: En el interior de la vieja casona quemada, que hace un tiempo nadie arrendaba a pesar de su lujoso estilo neoclásico y el ridículo valor de alquiler, un sublime corcél blanco refulgía entre las cenizas.

III

El ocaso se perderá en ese horizonte que siempre esconde algún mar y las personas ya estarán en sus casas, comiendo pan tostado con mantequilla, esperando las noticias, sentados frente a un computador, paseando a un perro siútico por la siempre verde avenida, leyendo propaganda política en el retrete, trabajando horas extras en la liquidación nocturna, en fin, eludiendo el mensaje que resuena con fuerza en el viento. Un estudiante con problemas de drogas hojeará uno de los pocos libros que sobrevivieron a la quema realizada el año 2005 en las afueras de la Facultad de Filosofía por un grupo de videntes a los que, mediante un montaje comunicacional perfecto - ideado originalmente por un médico eslavo-, se les tildó de "anarquistas". Así trascendió para quienes se enteraron. El estudiante encontrará en el libro una de las tantas sentencias que la Comunidad quiso erradicar a través del maestro plan. "Dormido en medio del laberinto de espejos ¿Cómo distinguirás tu irrealidad?". Sobre cuatro cerros que rodean la ciudad, arderán símbolos de la imposibilidad del diálogo. Un limosnero gritará a la nada, en la terraza de un conocido rascacielos, "¡Soy un policía y lo he perdido todo por ti!" y luego saltará hacia el luminoso vacío. En tanto, los comerciales de las noticias que ve la gente comiendo pan tostado con mantequilla llamarán a esa misma gente a una extraordinaria liquidación nocturna.

IV

Antes de prender la llama, el licenciado encontró una vieja libreta de notas. Entre una de sus páginas decía "la maté por machista", más abajo firmaba un tal "cerdo feminista". El licenciado sonrió, escondió la libreta en su abrigo y prendió el fósforo. Sólo tres días después, apostando en el Club Hípico, comprendería el agravio que había cometido y decidiría escapar del país. El fuego ya habría consumido en su totalidad el objetivo del prócer carimástico de no ser por él, idiota melancólico. "Intentarán tentarte, no tomes nada" le había advertido y él, por segunda vez, había desobedecido. Entonces, como en un efecto Og Adai, el licenciado metió , desesperado, su mano al abrigo , tanteó todos sus bolsillos, corrió a su casa y dió vuelta todo sin éxito; la libreta había desaparecido. Mientras su avión, de desconocido destino, sobrevolaba el volcán Licancabur, el licenciado recordó el momento en que se dió cuenta de su error. Recordó que al no encontrar la libreta corrió escaleras abajo y se topó con un hombre, de marcial aspecto, que le preguntó si había apostado por el caballo blanco. Por la ventanilla miró el volcán y lo sobrevino una impetuosa somnolencia. El licenciado no soñó con nada.

20081021

Hasta que un día, todos los días se volvieron un gran día interminable y nosotros renunciamos a esa elección que nunca tomamos. Estábamos ya absueltos, mas la decepción y el menoscabo no desaparecieron. El cariño negro que calmaba, momentáneamente, esa gran herida común se volvió un parásito.

Oscuros heraldos nos visitaban para recordarnos su temor a la vida, nuestro amor a la muerte. Nada les decíamos y bebíamos un poco más, silenciosos. En mi mente resonaba constantemente la frase "no soy quien, mas... no soy quien, mas".




Polanco

20081019


MILONGA MEJOR ME MATAS

Marc murmura mentiras mientras mojones manchan mi mente, miasmas mojan mis manos; mi misma madre misma, Minerva mal montada, momia milamores, mira mis miomas maullando milenarias maldiciones maoríes, milagrosos mitos mágicos , maneras mortíferas marginales: ¡Mañana mirarás más mierda mamón, mofletudo mocetón menoscabo marxista malparido mono maraco miserable maldito mapuche maricón!

20081016

Brecha

- Oye Pato ¿te puedo hacer una pregunta?
- ...
- Es que, mira, lo que me pasa es que, ¿hay cachao que cuando uno quiere mandar un mail aparece un cuadrado blanco?
- mmm, sí...
- Bueno, es que a mí me sale ese cuadro, bueno, ¿Cómo se hace ahí?
-...
-...
- ¿Qué cosa?
- El mail poh
-¿Cómo se manda el mail?
- Es que lo que pasa es que a mi me sale un cuadrado blanco y...
-¿Pero es que no entiendo qué me estai preguntando?
- Puta... a mí me sale un cuadrado blanco cuando quiero mandar un mail y no sé qué hacer ahí
- Le ponís enviar po
- ¿Eso no más?
- Si poh, obvio
-...
- Si po
-...
- Le ponís enviar y el mail se envía
- ...
- Así se mandan los mails...
-...
-...
-...
-¿Qué te pasa?
-Nada
-¿Cómo que nada?
-Nada
- Puta la hueá ¿Por qué te enojaste?
- Por nada
- ¿Cómo que por nada?
- Puta por nada, no tenís pa qué burlarte de que yo no sepa de computación
- Pero si no me he burlado
- Ahh... seguro
- No po
- Erís demasiado hiriente a veces hueón

20081014

Sentado frente al zanjón me cayeron los pacos. Pa qué les voy a mentir, caí como pollo. Ni me di cuenta cuando llegaron y ya era demasiado tarde; me pillaron allí, con el humo en el cuerpo. No cachaba nada de lo que me decía el paco, sólo atinaba a sonreír y a decir "yo no fui, yo no fui". No tenía claro la razón de mi arresto, pero sabía que para ellos siempre iba a ser culpable de algo. Me subieron a la patrulla y me llevaron a la comisaría. En el camino despavilé caleta. Me repetía todo el rato la historia "me estaba fumando un cigarro". No tenía ni un brillo la detención, no daba ni pa` contarla. Entonces llegué a la comisaría y me metieron al calabozo. Adentro intenté cruzar miradas, pero todos los locos estaban pendientes de poner la oreja en el calabozo del lado donde, según me pude fijar, estaban interrogando a un hueón. Uno de los prisioneros que tenía la oreja pegada a la pared me hizo un gesto para que me acercara. Puse la oreja en la pared y lo primero que escuché ya era extraño: un hombre, borracho y entre pucheros, le jadeaba al interrogador un discurso mitad llanto, mitad súplica. "Qué quiere que le cuente, señor, sólo sé que de un momento a otro me vi a mí mismo entre locos que no conocía, que querían quemar la huevá ... yo ya no me podía echar pa atrás" decía, con su voz quebrada, el pobre diablo, "yo no quería hacer lo que usted me dice que hice, lo juro. Incluso le tengo respeto a su institución, señor, no soy un subversivo". En ese momento, todos en la celda estallamos de la risa. Le pregunté al loco que me había hecho el gesto que qué pasaba. Aguantándose la risa, me dijo "Nah, que ese hueón que está al lado quemó una caseta de la seguridad ciudadana", explotó en risas y al ver que yo no me reía tanto, añadió "ya había salido el cuidador eso sí". Todos se reían de lo borracho que estaba el loco y de cómo ahora, ya viéndose cagado, lloraba y se humillaba. Yo sabía que era gracioso, pero no me podía reír como los otros, estaba demasiado pegao. Incluso me recriminaba ser tan comprensivo con un loco que, a todas luces, se merecía su suerte. Entonces vi al Ñaja, un loco con el que antes tenía mano. Lo saludé y me saludó, no teníamos mucho de qué hablar, asi que nos pusimos a hablar del Colo. Después, estuvimos como dos horas callados, escuchando la historia de otro loco, el único que hablaba, que decía que lo habían inculpado de andar asaltando gente en el paradero. De ahí dejaron salir al Ñaja y un rato después al loco que contaba la historia. Apenas se fue, un rapero que había estado todo el rato callado y escupiendo al suelo, dijo "menos mal que se fue esté hueón... estaba puro vendiendo la pescá". Todos sonreímos. En eso, un loco, el que se veía más decente entre los que estábamos allí, se me acercó y me dijo "oye, yo a ti te conozco", yo lo miré con cara de extrañeza a lo que complementó "voh soy el Mario, el hijo de la señora Isabel". Yo asentí y le pregunté que quién era él. Me contó que era un estudiante, que vivía en el barrio y que tenía un colectivo con el que hacían educación popular. Yo le dije que no cachaba nada de eso. Entonces fue como si hubiesen puesto a andar una grabación en la que sonaban constantemente las palabras de corte medio militar. Yo en realidad sí cachaba ese rollo porque había andado metido en eso tiempo atrás. Él también cachaba que yo cachaba, yo cacho, y por eso me hablaba de eso. La otra gente de la celda nos miraba como a unos pobres diablos; a mí me importaba una raja, pero a este otro loco, Hernán se llamaba, la mirada despectiva lo desconcentraba y le robaba expresiones de incomodidad y timidez. Yo le dije que hiciera educación popular ahora, en la celda y viera qué pasaba. Se rió, como si lo mío hubiese sido una broma. Dejé de pescarlo un rato mientras me seguía hablando de los hombres, por los hombres y contra los hombres. Extraña es la gente, pensaba yo, sólo necesita de una oportunidad para ponerse a hablar de lo suyo, aunque nadie los escuche. Después pensé que no tenía pa qué ser tan mala onda, si al final, yo era igual a veces y en situaciones en que mis discursos se justificaban mucho menos. "Mario Campos" dijo un paco, asomándose a la celda y yo me paré, me despedí del loco que me hablaba y de los otros locos que quedaban con un gesto indiferente, y salí de la celda. Me hicieron firmar un papel que decía que constataba el control de detención. Ni un brillo, pensé. Tanto hueveo para esto. Salí y me puse a caminar, de nuevo al zanjón. Cuando llegué estaban los cabros, cagados de la risa, con un loco que decía que había quemado una caseta de seguridad ciudadana con otro piante, del que, obviamente, no sabía su paradero. No quise contar nada de lo de la comisaría y me senté. De este lado, la historia me sonaba menos graciosa.






Polanco

20081011

Tiemblan

Primero vendrá la vida,
luego la cárcel
y luego la muerte.


¿Podremos soportarlo?



-Demasiado tarde cabro
(carcajadas)
¿Confianza?

¿Entre los perros más habrientos?

Nunca.


infame

20081009

BAJARÁS DE LA NUBE Y ENCONTRARÁS A UNO MEJOR QUE TÚ, A UNO IGUAL QUE TÚ, A UNO PEOR QUE TÚ.
LO QUE NO ENCONTRARÁS ES UNO IGUAL A MI.
LA VERDAD NO ES PARTE DE TU MUNDO.


Juancalavera

20081007

de gallina las pieles

20081006

METASEMA

- Oye...
- ¿Qué?
- ...
- Dime.
- A ver, te escucho, adelante.
- ¿Cómo?
- Lo que te dije, qué tienes que decirme.
- Eso, pues.
- ¿Qué?
- ¿Tengo que repetírtelo?



Papadoupoulos

20081005

Homo longi funji

Los tengo engrupíos a todos los weones de que me tienen engrupío a mí...
seguro que llego lejos.
Bebo porque tengo problemas, perra culia. Con hacha en mano, si me cae una lágrima, cobraré la parte.



infame

20081001

Teóricos descifran el cambio moral de lo bueno y lo malo, mientras tanto yo, abstraido de aquel estúpido círculo, pienso en sumergirme dentro de chochos nuevos, húmedos y exquisitos, fuentes rejuvenecedoras que reemplazen, por hoy, mi adicción etílica.


infame

20080930

Soñábamos
un pasado
desértico y luminoso,
convencía-monos
al desierto
ensueño presente,
desértico y luminoso.


Macheteando acá no se consigue nada más que un resfrío. Será que la gente ya ni a los vagabundos teme; caminan rápido sin siquiera cruzar la calle al ver nuestra presencia, como si ya no fuéramos ilegales, como si ya no pudiésemos esconder cuchillos bajo nuestros guiñapos, como si ya no oliéramos a mierda. Será acaso que nos multiplicamos demasiado, o quizás fueron los cuchillos los que aumentaron, ahora también bajo sus suaves e impunes ropajes. Ya ni al delincuente se le respeta, todo se domestica. En una época fueron los perros, recuerdo, los que dejaron de mostrar sus dientes iracundos a cambio de las sobras de la comida. Poco más tarde vino la perrera y los perros ya no estaban. ¿Con nosotros pasará lo mismo acaso?- la gente de ahora nos da demasiado dinero. Como si quisieran que ya no fuésemos mendigos. Mentira, lo sé. El otro día, incluso, un viejo me pasó mil pesos y me dijo que juntara y me comprara un lustrín. Era viejo y tonto, como yo, e ignoraba que ya nadie lustra sus zapatos, como ignora, también, toda la rabia que he acumulado desde ese día. Como dije, cada día somos más los indigentes, sin embargo, debo aclarar que cada vez me siento más solo. Todos, poco a poco, se van yendo. Lo hacen sin avisar, simplemente desaparecen. El otro día vi al Ñaja, uno que le juraba amor al Mapocho, vendiendo en una pequeña tienda de San Antonio. Así, todos los de mis otrora piños de la perdición, ahora perdidos en sus casas no me recuerdan. Como todos, miran sin ver las calles y su gente. Los mendigos nuevos, éstos que han llegado ahora, son distintos. Su horizonte es siempre inmediato: encontrar una casa, un trabajo, rápido. Le comenté esto a uno de ellos, de los nuevos, que venía de la parroquia de San Sebastián, decía. Me escuchó con atención, algo raro en éstos, y me dijo que en el fútbol pasaba algo parecido con las rotaciones. Me habló de equipos del exterior, que no me hablaban de nada. ¡Eso!- ya ni fútbol juega esta generación de vagos, dicen que tienen frío o hambre, que están cansados, fatigados, que la vida es dura, que los tiempos no están como para eso y si uno les pregunta en qué creen, suspiran y miran al cielo, buscando respuesta en las nubes. Y yo que pensaba que no había manera de valer menos que lo que valía años atrás, cuando eramos temidos, odiados, perseguidos... cuando los niños más pequeños aún nos miraban a los ojos con curiosidad algunos, con miedo otros, nos llamaban "viejos del saco". Mejor matarse, dicen los que no lo hacen, y yo, yo lo repito acá, como todos, sin mucho convencimiento.

20080928

Se dirán muchas cosas al respecto, estupideces quizás, otras ejemplos de sabiduría, pero ninguna de ellas será cierta.


infame

al carajo tu pureza

Dejó de ser reina para convertirse en puta, sodomizada analmente por quien, en un acto de infamia, se escabulló en su alcoba. Resistióse, más sus sollozos y plegarias sólo aumentaban el hambre del violador por penetrar aquel cuerpo fino, de rosadas mejillas y raja levantada. Fueron pocos los minutos de forcerjeo hasta que por fin, la perra ya exhausta, se dio cuenta de que se lo merecía. Voluntariamente cedió y abrió sus piernas. Esta vez la sangre no era signo de muerte, sino de venganza y dominio.



infame

20080927

En memoria de Miguel Ángel Poblete (1966-2008)

Hay preguntas de las que el olvido no puede ser libre y tú, Miguel, siempre lo supiste. Te burlaste de quiénes reducen la verdad a una cuestión de fe o simple pragmatismo. Ahora sí que trabajarás en paz... por nosotros, Dédalo, los que esperamos en este más acá, día a día más allá , cada vez más solos.
-Perro culiao, esto va por sarnoso.

La sangre teñía el suelo.

Fue así como, del tres patas y ciego bastardo, me encargué.



infame

20080924

HE AQUÍ OTRA QUIMERA

Me desvivo viviendo vívidas vivencias;


y la nada,

nacer muerto
para
morir vivo
Las palabras de un parásito pesan menos que él mismo, más no he de enojarme, sino aplastarlo contra el suelo.


infame
Escritores de mierda
maricones que lloran amor en sus páginas
se secan con ellas el dolor
sufrimientos me desangran
pero no sería capaz de manchar
aquel virginal prado blanco
cariño
a ti te dejo mis mejores violaciones.


El infame tila

20080921

DELASINFINITASFORMASDETERMINAR

LA PEOR

20080920

FÍSICA FÍSICA

El mundo se divide en los que se caen bien y los que se caen mal.
¿Y tú, cómo te caes?...




mmm, más o menos...

DE AMOR Y CRÁPULA




¿El Rimbaud de Lo Espejo o el espejo de Rimbaud?


¿O Escubi du?

CARICASOFÍA FILOSOTURESCA (o sentido común)

ERROR EN LA PÁGINA (de aónde, Fa$hito)














dE La DiAlÉcTiCa, La IrOnÍa. De ella, el CAPILATISMO.





Punky v/s Terminator

¿Idea mía o en la fonda me insinuaron, con brutal hipocresía, que razón rima con nación?




Google= Selva;
ahí tenís tu (r)nacionalidad, PAJARÓN.

¡rECÓRCHOLis!- pues que se dañó la cañería del computador.








Afuera hemos de cerrar el candado a los problemas,
cariñito,
enamorados de brillante embriaguez.
















Polanco

20080909

Mi conciencia ha muerto.
Ahora le toca al Estado.


Infame

20080907

PERDER DE VERDAD PARA DAR PASO AL HALLAZGO Juan - Vera









El René me contó que el otro día andaba caminando por una plaza y se encontró con un viejo mendigo, un pobre diablo de esos de Radrigán, Pezoa Véliz, Redolé y toda esa tradición pastabasera anquilosada por el cielo abismal de la burguesía. El harapiento llevaba, como buen limosnero, un guiñapo otrora chaqueta verde olivo que la mugre había contaminado de la misma forma que el tiempo había degenerado su semblante, aún señor de un invierno iracundo. "Un vagabundo, un loco... un ángel" como dice la contratapa de un libro de Kerouac. El René me contaba que tuvo la impresión- para la cual no faltará el positivista negativo que se burle; un payaso- de que ese hombre había sentido el viento tibio del paraíso y se había quedado ciego de sentido común. "¿Me da una monea comparito?", le dijo y el René, como es un buen chato que hubiese preferido invitarlo a un trago, aunque jamás lo hará, puso dos monedas de cien pesos entre las manos negras del hombre y le preguntó "¿Lo que faltaba pa` la cañita?". El pobre se rió, se metió las monedas al bolsillo y respondió "No, no, son para entrar al cibercafé". El René dice que quedó descolocado; ¿Un mendigo al cibercafé?-,"Sí, es que me gusta meterme al chat y empapelar a chuchás a todo el que encuentre". Se caga de la risa el René cuando lo cuenta, mal que mal, algo del tibio viento le rozó la cara.






Polanco
El viejo, desparramado en el patio sobre una hamaca, bebía un tibio vaso de pisco pensando que lo mejor de ser padre era que se podría ser abuelo y que lo mejor de ser abuelo era que se podría ser bisabuelo. Mientras tanto, Miguel, su hijo, se enfurecía frente al computador con un amigo que, según decía la pantalla, le reprochaba haber gastado la plata de los próximos tres meses en una entrada para ver a una super diva norteamericana- cuyo nombre no se pronunciará aquí- que enamoraba, contra su voluntad, a millones de millones en todo el mundo. En la cocina, Mariana, que con los años se ponía más rica, miraba por la ventana a su marido, sobre la hamaca y de nuevo borracho, mientras picaba el cebollín con la destreza de un Barrabás.

20080906

Vivo en un jardín eléctrico, con petunias de neón y hormigas de cobre, en el que las noches virtuales son baratas y los amaneceres de vidrio, largas lombrices de aluminio regeneran metales preciosos y siempre nuevos.


Polanco
Yo no fui,
pero
orgulloso cargo
la honorable cárcel
de tu pereza,
pero que quede claro que
yo no fui,

de haber ido
y de haber sido
habría sido
marcha sin vuelta y sin
ida, y sin
marcha

circular
espectro aguardo,
el retorno inocente de
culpables viajes
al tibio rojo
donde iré jamás,
porque no fui

¿Por qué no fui?









Polanco

20080824

OXÍMORON

Parece que no nos estamos entendiendo, mire, no sé si lo dije bien, parece que quise decir otra cosa, yo sé qué quise decir, y lo dije, la teoría de la enunciación, es eso, sí, a ver si me explico, pero esta no es una escena, no, no me malinterprete, porque qué son los metalenguajes.

Papadoupoulos

JUVENTUD

ahí caí
llorando
dejando una mancha triste de vino en el suelo

20080822

LOS VIVOS ESTÁN DEMASIADO VIVOS PARA PREOCUPARSE DE LOS MUERTOS; LOS MUERTOS, DEMASIADO MUERTOS PARA PREOCUPARSE DE LOS VIVOS

El amorégo tergirvesado

Herodoto, LA DIFERENCIA ENTRE UN ORIFICIO Y UN VACÍO Y OTROS ENSAYOS SOBRE LA GEOGRAFÍA

El Loro, un curao de la plaza Buzeta, soñaba con hacer una película que tuviera una sólo toma que consistiera en una cámara dispuesta sobre la muralla divisoria de dos patios mirando por igual a ambos, con la muralla- muy delgada como casi todo en la arquitectura barata de hoy en día- como división central. La trama sería, en el patio de la izquierda, una carrete desenfrenado en que tres hombres desenfrenados terminan realizando una orgía con dos mujeres, una gorda y otra flaca, preciosas. En el patio de la derecha conversaría dramáticamente un matrimonio sobre la drogadicción de su hijo menor, la pobreza del mayor y la ausencia de la hija restante.

Lástima que nunca ni el Loro, ni todos los pastabaseros que lo escuchaban por obligación, tendrán algo que ver con una cámara, a menos que maten a alguien de mayor valía en pesos.



Polanco
Cuando el profesor preguntó nuestra opinión sobre la obra, Millaray, una loca de mi curso, cuica, rica, engrupida y ciega de su fracaso, dijo que le había parecido una historia demasiado banal, sin ningún mensaje para el público, recargada a lo grotesco y al doble sentido. Yo, tratando de ser lo menos corrosivo que me permitiera mi rabia, intenté enarbolar una teoría sobre la seminalidad femenina para explicar los chistes que no recuerdo de qué manera se conectaba con la idea de que el olvido es una idea metafísica, como la muerte, porque existe sólo en forma de ausencia. Como no supe darle un buen remate a la explicación, se me ocurrió que la mejor alternativa era lanzar algunas chuchadas a los benjamines de la cultura que sólo miraban hacia arriba, al cielo, y hacia abajo, al infierno; nunca hacia la ventana del lado, por la que se asomaba un auxiliar con una mancha de vino- o betarraga- en el delantal. En eso, Millaray se rebajó el escote y levantó la mano indignada para decir "no se preocupe profe, el piter intenta ser una especie de provocador, pero ni siquiera eso le sale bien". Yo, al verme aludido sin ningún ánimo de discutir, interrumpí "¿y que weá?- si no te provoco, no cacareai tanto poh, PAJARONA". Desde ese momento perdí toda esperanza de vengarme en la cama; la guerra era explícita.




Polanco
Gastón, el lamevergas del edificio, escribía a contrapelo un ensayo sobre la administración de medios periodísticos, sin saber que en el departamento de arriba, Fresia lamía la verga de su hijo, Bruno Vidal, quien a futuro realizaría un trabajo poético que obviaba lo ético y violentaría la memoria de detenidos desaparecidos como Fernando- tío de Gastón, el lamevergas del edificio-, cuyos restos están perdidos seis metros bajo un sitio equidistante del mar y Puchuncaví, un pueblo sin mar, envidioso de Horcón, caleta donde los jipis se confunden con la marginalidad para vender unos paraguas con olor a almeja que te dejan hablando hueás como"insurrecto en su recto el pasta se desquitaba sin noción de la justicia"; palabras a las que Gastón reaccionaría con escozor, Fresia con rabia, Bruno con risa y Fernando... Fernando no reaccionaría porque ya se volvió uno con la piedra, que años más tarde un empresario explotará para construir paredes muy alejadas de la gente, lo que no será obstáculo para que el Piter las raye con su estilo de favela brasileña y sus "tags"(seudónimos en paredes) mapuches que reivindican la sempiterna mandíbula que no perdona y no perdonará, y que- como el pasta-, no quiere justicia sin antes venganza.


Polanco

20080820

3





No vi a Danilo por muchos días, supongo que por lo de la pelea ahora no salía mucho a la calle. La verdad es que yo también salía menos. Mi ánimo no era de los mejores por esos días; mi madre me regañaba porque según ella me había vuelto hosco e insolente. La televisión acaparó la mayor parte de mi tiempo por muchos días. Por momentos, el ocio mi niéz solitaria en casa se me hacía insoportable, especialmente a la hora en que la tele sólo transmitía "Los Venegas" y teleseries mexicanas. Aunque más de alguna vez me quedé viendo los griteríos y cachetadas de mujeres que me triplicaban en edad y llanto, de a poco empecé a tomar conciencia de que mi lugar estaba afuera, con el resto de los cabros. Además, ya ni siquiera estaba Danilo entre ellos. No había riesgo; debía volver a la plaza. Y no es que le temiera mucho a la confrontación física, porque ya lo había derrotado una vez, le temía mucho más a un ataque sorpresivo y maletero. El recuerdo de los momentos de amistad me hacían pensar que sería incapaz de hacerme algo así, pero aún así le temía, la magnitud de la herida daba lugar a todo tipo de dudas.

Un día fui a comprar un helado a la botillería y vi al Elvis y al Claudio chuteando unos penales en la cancha. Era enero y el calor infernal se esparcía líquido sobre el pavimento de la cancha, de la misma manera en que el Claudio se revolcaba para sacar un pencazo bien colocado. "¿Se puede?" pregunté, casi como por cumplir un código ritual, porque era seguro que siempre se podía. Yo pensaba por ese entonces que el fútbol era un bien forzoso cuya presencia era ineludiblemente obvia en cualquier futuro que me pudiese imaginar. Con un "se puede" se abrían las canchas de todo el mundo. La pelota la podían acariciar todos, sólo bastaba que tuvieran la decisión suficiente para sacársela al Elvis de los pies. Aunque no resultaba nada fácil quitársela, a él tampoco le resultaba sencillo pasarme y enfrentarse al Claudio, ágil para achicar como nadie. Así se pasó esa tarde en la cancha. Igual que el día siguiente, y los que vendrían, el sol quemaba la piel de nuestras piernas y de la pelota. Llegaban más o menos cabros, pero era cuestión de que se encontraran dos para que el pichangueo estuviera armado. De Danilo, ni rastro. Ahora, años después, entiendo mejor su naturaleza invernal, incompatible con esa aridez. El barro se amontonaba de manera perpétua sobre sus ropas y su pelo negro mojado por la lluvia y por el sudor de sus largos trotes. Porque Danilo, el dañino, era un niño acelerado como pocos. Parecía siempre tener algo que hacer y demostrarle a todos los demás. Subía árboles para, recién arriba, plantear la idea de que subiéramos. Y aunque era uno de los mejores para la pelota, por esos días yo contaba con la certeza de que no se aparecería. Y así fue, hasta el día en que ocurrió lo del Cholo, más o menos así:

Caminábamos con los cabros de vuelta a la plaza, luego de haber robado aceitunas y maní en Lo Valledor. Comíamos y repartíamos el botín mientras avanzábamos hacia mi casa. Íbamos a buscar la pelota para jugarnos una pichanguita. En eso, pasamos por afuera de la casa del Kano, un viejo loco que vivía en la casa contigua a la de Danilo y que hablaba largamente en la plaza a cualquiera que se le acercara. Como siempre, nos ladró el Cholo, un quiltro negro que aún atesoraba entre sus facciones recuerdos de un glorioso pasado labrador. Ahora era un perro que sollozaba libertad desde su patio de cinco metros cuadrados, rodeado por sus propios mojones, soportándolos e incluso pisándolos. Mi padre decía que la cárcel mataba el alma de los seres. Yo de esa forma entendía lo demacrado que estaba el Cholo; como era un perro y no tenía alma, lo que se moría con el encierro no era sino su propio pellejo, y con él toda la dignidad de su estampa temida por tórtolas y conejos. La poca valía que le quedaba la gritaba a los cielos, mostrando sus colmillos infectados, pero aún temibles. El Freddy- maldadoso como pocos- acostumbraba a molestarlo, gritando y haciéndole muecas. Esta vez no fue la excepción, a pesar de nuestras advertencias. El Freddy sacó de su bolsillo todos los cuescos de las aceitunas que habíamos comido y, de a uno, comenzó a tirárselos al perro que se retorcía de ira e impotencia. El niño reía y tiraba los cuescos que caían entre los ojos desorbitados del Cholo. Se paraba en dos patas y se daba vueltas, desparramando su propia mierda en el patio. Nosotros le decíamos al Freddy que parara, pero a él parecía divertirlo mucho el sufrimiento del perro. En eso estábamos, cuando se abrió la puerta de la casa y tambaleándose salió el Kano. Estaba borracho y furioso por el escándalo del Cholo, pero sobre todo, por la actitud del Freddy, que para el Kano era la actitud de todos nosotros. Sin pensarlo, el viejo caminó hasta la reja del antejardín y la abrió, dándole paso al perro para que cobrara venganza por sí mismo. Nosotros, que estábamos en la vereda opuesta, nos aterramos y sólo atinamos a correr. Yo creo que no lo vi, porque me había dado vuelta para correr, pero de alguna forma persiste la terrible imagen en mi cabeza: el Cholo salió de la casa convertido en una bestia vengadora y, apenas se aprestaba a cruzar la calle para saciar su rabia con el Freddy, fue atropellado por una camioneta que luego le pasó por encima. El gemido fue espantoso, atronador. Caló hasta lo más profundo que pueden llegar los sonidos en el interior de mi cuerpo. En los espacios vacíos, del pecho y la cabeza, quedó reverberando durante algunos segundos. Ante nuestra impavidez y los llantos del Kano, las vísceras del Cholo se desparramaban grotescas sobre el pavimento. Toda la sangre del miserable no lograba manchar su pelaje, aún brillante, tan oscuro como el odio creado en él por el Freddy y que lo llevó a la muerte. El Kano sollozaba de manera atolondrada, haciendo pucheros y gritándole al Freddy "es tu culpa, es tu culpa pendejo culiao". Nadie de nosotros decía nada, menos el Freddy. De las casas aledañas se habían asomado algunas señoras con sus niños, a mirar la trágica escena. Entonces fue cuando se abrió la puerta de la casa verde y salió Danilo con bolsas de basura en sus manos. Llegó hasta donde estaba el perro, lo miró y luego, levantando la cabeza hacia nosotros, nos dijo "ya viren de aquí ahueonaos".




Polanco

20080819

Después del segundo pipazo se metió en la cama. Ahí estaba ella, tambien drogada y semi inconsciente por el copete ingerido. Él alucinaba por la pasta y veía a su amante como una musa rodeada de estrellas brillantes tras un fondo de pétalos negros. Lo más probable es que haya exacerbado la belleza de aquel ser poco agraciado que levantó en una de las rituales fiestas del barrio. No importaba, ahora realmente apreciaba lo esbelto de esa mujer y pretendía tener una noche que nunca olvidaría, por lo menos él, ella ya se estaba desmayando por el exceso. Pescó sus dos piernas y las separó, se acostó sobre el cuerpo casi muerto y palido de la supuesta diosa, y sin mayor meditación penetró. Cinco minutos más tarde unos espasmos epilepticos terminaron en una llamada de emergencia y en un montón de vecinos congregados que obstaculizaban el camino hacia la ambulancia.


infame

20080817

Cuando se abrieron los ojos de mis manos, pude ver que tenía dos manos tapando mis ojos.



Polanco

tuzonamastuzona




Anónimo crucé por todo el barrio, deseando sentir una nostalgia inexistente, extinta, perdida ya como todo lo que de esas calles había perdurado en mi memoria. Realmente dudaba que esas caras brillantes que pasaban a mi lado me miraran o siquiera se fijaran en mi presencia. Suponía que esos, que un día fueron mis hermanos, ya no me reconocerían entre estos harapos. Mejor así, yo ya no quería ser el espejo de nadie. Ellos no tenían nada que reconocer, porque yo ya no era el de antes, todo había sido demasiado real como para ser real. Aunque no me habían olvidado, frente a ellos, no me encontrarían jamás. Yo tampoco lo haría, jamás me volvería encontrar con aquellas calles y ese perpetuo olor a fritura, ahora sólo se impondrían los malentendidos, bromas que me gastaría a mi mismo y que los demás tomaban por tragedias. Ironías sobre ironías. Ya no me escudaría en nada, sólo podría reírme del hipócrita destello de ese mundo que presenciaba desde su centro exterior, como el aguilucho que se posa sobre las ramas más sombrías del árbol de los zorzales, ya sin hambre.

Doblando por una conocida esquina creí escuchar mi nombre, entonces me di cuenta de que toda mi renuncia no había sido sino una expulsión consensuada, demasiado maricona para ser llamada maricona, que nadie me quería allí y yo tampoco deseaba que me quisieran. Ellos trabajaban porque querían, yo respiraba porque quería, no había contradicción alguna. El vacío entre la espalda y el pecho se había llenado de ausencia; empezaba a llover y, como buen cliché, desde una ventana se escuchaba una música: "son gotas/ gotitas de lluvia/ que de tus ojos caen por tus mejillas". El presente volvía a correr al unísono con el pasado desacelerado; paralelos e irreconciliables. Había que puro virarse hacia tu zona más tuzona, y eso hago.







Zolanco

20080813

imagino que es hambre lo que siento
y es imaginada la sangre en el machete
¿cómo soportar tu muerte cariño entonces
si imagino que estás vivo?



Juancalavera

20080812

En el barrio se comenta que eres una puta rastrera de mala muerte, que se te ha pegado el sida y que le haces a la pastabase. Pero no te preocupes, por que no creo lo de la pastabase, sustancia unica para los chorizos.

infame

SOY DUEÑO DE UN CASTILLO CUYA PARED NO ES DE ÁTOMOS

—muchomuchacho


hombre, estás pisando en el aire
marchito, estás observando la nada
borracho, estás incubando el vacío



Juancalavera

20080811

¿Qué es la droga? Dices mientras clavas
tu jeringa en mi venita azul.
¿Qué es la droga? ¿Y tú me lo preguntas?
¿y TÚ me lo preguntas?


Juancalavera

20080804

COMBO Y ARRASTRE

tú no me quieres. ni siquiera recuerdas mi nombre.
¿cómo lo haré para culiar contigo?


Juancalavera

EL JARRAZO

20080803

con estos desastres nos vamos uniendo
o sea despertando parecidos en tristezas
o sea compartiendo la copa y el vacío

amado, esta noche te invito a mi cuarto
para ti he preparado mi vientre


Juancalavera
-Oye viejo tengo algo que contarte
-¿Qué pasó ahora?
-Pero no le contís a nadie todavía
-¿Qué cosa?
-Porque tú sabís que si le contai a la vieja...
-Ya poh vieja, ¿me vai a contar o no?
-Es que parece que estoy embarazada, tengo un mes de atraso
-No me diga
-Sí le digo
-¡Mira que bueno vieja!

En eso suena el teléfono. La vieja contesta.
-Aló, buenas tardes señora
-Buenas tardes...
- La llamamos porque tiene un mes de atraso
La vieja deja el teléfono y le grita al viejo: ¡viejo, viejo, se enteraron, ven a hablar tú!
-Aló
-Buenas tardes señor
-Buenas ¿qué se le ofrece?
-¿Hablo con la casa de la señora Malberta Soto?
-Así es
- Buena ella tiene un mes de atraso
-¿Sí y qué?¿a usted qué le importa?
-Es que tiene que pagar pueh.
-¿Y usté qué se ha creído?
-Bueno, si no paga se la corto no más pueh.
El viejo horrorizado deja el teléfono y le grita a la vieja: ¡vieja, vieja, me la quieren cortar, ven a hablar tú!
-Aló
-Señora, le decía al caballero que si no paga se la vamos a cortar
-Pero señor, no puede hacer eso
-Es que así es la ley
-Es que no podemos pagar, menos en esta situación. Somos muy pobres
-No puedo hacer nada señora, se la voy a tener que cortar
-Se lo ruego, dénos algunos días para conseguir plata
-No puedo
-¿Y qué hago yo?
- Va a tener que usar la velita no más pueh.

La vieja preocupada corta el teléfono. Mira al viejo, igual de preocupado, y le sonríe picarona. El viejo, nada de tonto, sonríe también.


Julio Polanco Varela
Reconstruyendo la historia, me acordé que esa madrugada caminaba con el Ñaja por Carmen con Victoria. Veníamos de un carrete donde Don Cuma, en el que habíamos bailado con unas chiquillas y no habíamos podido concretar por pura culpa del alcohol que nos vuelve inadaptados. Ya cansados de caminar, tratábamos de hacer parar un taxi. En realidad, trataba yo, porque el Ñaja es un flaite culiao "como el arroz", que sólo sirve para acompañar. Pasa un taxi, fuerte y prepotente, sin parar hasta el semáforo de adelante. Yo le grito "para po` sapo feo y la reconchetumare". Entonces del taxi se baja un hombre mediano, de cara media. "Chucha, si este culiao se bajó es porque es bueno pa los combos" pienso yo y saco mis manoplas. No sé qué hace el Ñaja en esos segundos eternos en que yo aleteo puñetes sin éxito. Le doy de pasada en una ceja. Retrocede. Yo en vez de rematarlo me confío y aprovecho de insultar. Se sube al taxi y hace rugir el motor. Yo sigo insultando. Entonces se baja con un bate. Intento correr, pero no alcanzo, me voy a piso en negro. Mentiría si dijera que recuerdo el golpe. Del Ñaja ni rastro mental. Cuando despierto estoy en esta posta ordinaria, al lado de este cuma culiao y cuidado por una enfermera cero aporte que no me da jalea. Mi vieja me cuenta que el taxista puso una denuncia y que voy a necesitar que el Ñaja testifique a mi favor. De nuevo me tiré.

polaco

20080802

401

Me subo a la micro, pongo mi pase escolar quebrado e inútil sobre el validador; como siempre, haciendo la mula de que pago por sobrevivir. La parte delantera está atiborrada de ancianos y mujeres temerosas, huele horrible. Avanzo hacia atrás donde está más vacío, hay un asiento, el último disponible, junto a una mujer crespa y hermosa. Me siento junto a ella y nos miramos de reojo, apenas las miradas se encuentran, rápidamente, ella se apresta a mirar por la ventana y yo a sacar un libro. No me concentro, la conversación que llevan dos viejas que están sentadas justo adelante mío trae atenta a toda la micro, o al menos eso creo. "Sí pueh, él es tan caballero y atento, no como el Herman que cuando llega en la noche quiere puro comer y hacer la cochiná" "ay mija, aprovecha entonces, piensa que este es un regalo maravilloso por lo mucho que te tocó sufrir antes" "eso mismo pienso yo, incluso el padre Ortiz me dijo lo mismo" "entonces pueh, de qué te avergonzai" "no es que me averguence, es que me da miedo que el Herman me pille" "Ay no seai lesa, si ese debe andar quizás dónde ¿como se va a enterar?" "si sé, si sé... pero igual po" "además con cuánta cochina se debe revolcar ese otro en sus viajes" "ay mija, ni lo digai" "es la verdad no más po" "sí, pero ni lo digai". La micro para y las viejas gordas se bajan. Dejan pasado a colonia. La micro ya no viene llena y, excepto el nuestro, todos los pares de asientos vienen ocupados por una sola persona que mira por la ventana. La muchacha que viene a mi lado me pide permiso para salir, yo me paro y la dejo pasar. Ella, en vez de bajar, deposita su curva humanidad sobre el asiento de adelante, donde venía la vieja gorda pasada a colonia con una historia de verdad para contar.
Por ahora, yo sólo tenía ésta.



Polanco
Alguna vez, riéndote sola,
abrochaste tu sostén pensando
que horas después sería yo
quien te lo desabrocharía.
Hoy exploro otras latitudes,
y tu ríes de otras tonterías.


Juan "Ni un brillo" Calavera

20080730

Querido Víctor:

A pesar de que no me gusta ni la chicha ni la limoná, confieso que tomé de la primera hasta explotar los ojos en mil colores moviéndose en sentido fractal, y, luego, de la segunda hasta armar relojes Nicolet. Ninguna sació el abismo desde el que ahora te vomito.


Polanco
La areté en la postmodernidad

Después de que me echaron, logré conseguir una entrevista de trabajo en un diario piante. No quedé. Yo creo que fue por ir con un BUZO DEL BARCELONA y no pescar nada de lo que me hablaba el editor. Yo por ese entonces no podía sacarme de la cabeza las ideas cuando entraban y les daba vuelta y vuelta hasta tenerlas listas, para después darme cuenta de que no lo estaban y siempre cabía más y así pasaba el tiempo. La idea que me daba vuelta ese día tenía que ver con el deporte y el HONOR. Era simple: pensaba que los deportistas de este tiempo carecían completamente de virtud, aquella inspiración divina que llevaba a los deportistas griegos a competir bajo el monte Olimpo en busca de un IDEAL de perfección.

Partamos por casa: El Chino Ríos. El Chino Ríos es un culiao piante sin ninguna honra. No me cabe en la cabeza CÓMO un reculiao que llega al número uno del mundo del tenis puede mear a unos guardias en una disco o tirar a una pudri en silla de ruedas cerro abajo. Ninguna honra. Pa qué hablar del MAGO VALDIVIA; entero borracho y llorón- ¿Qué honra puede tener un FLAITE LLORÓN? Y así entre los chilenos suma y crece la lista: Clarence Acuña fue elegido el jugador más feo del campeonato inglés; Gary Medel se hizo caca mientras lo electrocutaban los pacos en Canadá; Iván Zamorano fue el rostro del Transantiago- cero honor-; Caszely perdió un penal en el mundial y quedó traumado; Nicolás Massú tiene una vieja que quiere puro ser famosa; el Sapito Livingstone encuentra rico a Forlán; el “Catador” Salas es un cerdik; Fernando Gonzalez pololea con una MENOR DE EDAD; Martin Vargas vende golosinas en el centro; Javier Margas puso una cadena de moteles que quebró por unos homicidios; Miguel Riffo va a la TELETÓN. Pa qué hablar de Matías Fernández que fracasó en Europa, no tiene mujer y tiene una pudrición en su cara. Mención aparte para el Pelao Acosta, Pinilla, Bonvallet, Vidal, Peineta Garcés, etc.

Yo, asustado, pensaba que el problema era nacional, pero cuando me colgué al cable me di cuenta de que en el EXTRANJERO es mucho peor. Partamos por el más evidente: Claudio Borghi que es socialista- se le nota en lo barato que se vendió- y le teme a los aviones. Pero ni los más grandes se salvan: Nadia Comaneci es comunista; Pelé era el rostro de los comerciales de VIAGRA; Cannavaro sale en un video dopándose antes de un partido, Beckham le compró un consolador de ocho mil dólares ¿A SU MUJER?; Michael Jordan y el 77% de la NBA son NEGROS; Ronaldo se metió con un travesti; Mike Tyson- sin obviar su raza- está en la cárcel; Kaká es EVANGÉLICO y se llama KAKÁ; Michael Schumacher arreglaba carreras y perdía; Rafael Nadal fue visto en una discoteque Gay con Roger Federer; Mohammed Ali tiene PARKINSON; Darío Silva perdió sus piernas en un accidente y ahora se dedica al remo; los padres de Samuel Eto`o eran esclavos y así podríamos estar toda la tarde . Ustedes podrían pensar en que los ajedrecistas Bobby Fischer y Gary Kasparov son inteligentísimos y HONORABLES, pero es porque no saben que son JUDÍOS. Para qué mencionar a Maradona que es drogadicto, enfermo, cerdik, argentino, comunista y casi se muere en VIVA EL LUNES.

Esa tarde reflexioné preocupado por el estado MORAL de nuestros tiempos. Consulté la Biblia y le escribí a mi madre (en el cielo) sin respuesta. Entonces llamé a mi amigo, el Ñaja, y él, conde sagaz de lo cuma, me dio una respuesta inmediata: el deportista que, como un viejo roble, resiste inmutable el tifón violento y superficial que precede a la tormenta final y con suprema valentía olímpica conserva cualquier HONOR, ése, señores míos, es el humilde PAOLO DI CANIO.







































Polanco GOMES

20080729

TAUTOLOGÍA


Lo que son las cosas, mi amor, mi vida, yo no estaba para nadie ese día, pero usted apareció de un momento a otro y no me dijo nada, no sé si me explico, me habló un montón, quizá exagero, pero no me dijo nada, recuerdo lo de su gato o su canario con una cinta azul, recuerdo lo de su mala suerte para elegir las frutas en el supermercado, nunca le achunta, o muy maduras o muy verdes, recuerdo también que quiso confidenciarme un par de episodios suyos, y lo hizo un poco porque se dio, el verano, el clima, el airecito, la puesta de sol, todo está en la puesta de sol y en el airecito, en el clima de verano, le dije, la botella de agua, quedarse de espaldas al suelo, temblando, esperando algo, de cara a lo inevitable, cómo llegué a este parque, una mujercita muy pequeñita, de senos muy pequeñitos, como las que imagino cuando me masturbo, de hecho me volvió a hablar de lo mismo hace unas semanas y yo le dije que ya me sabía toda la historia, que mejor mirase el futuro, es decir nuestra vida juntos, esto mismo es un decir porque me dijo mucho, sí, una sola cosa, la que yo estoy diciéndole ahora.



Papadoupoulos

20080728

HASTA CUANDO SIGUEN FREGANDO LA CACHIMBA





Nosotros estamos en la misma
pará que el elefante Nicanor.
No somos de derecha
ni de izquierda
Simplemente,
nos rompen
con todo.












me llamo "¿o no me llamo?"

El maricón Foucault decía que nombrar es un acto de poder y yo lo secundo. No hay nada que entregue más información de una persona que su nombre; la tautología es sólo una forma de no asumir el fracaso del diálogo, llamamos coincidencia y metemos la metafísica donde no tiene cabida. No existen alcances de nombres, es sólo la cruda y acaramelada realidad, palabras que se desdoblan y transforman en espejos. Dime tu nombre y te diré quién quieres ser. Los adjetivos no son más que las formas más humanas de los sustantivos. Es cosa de mirar a las las mujeres ricas, todas quieren ser ricas (por algo fingen lo contrario). Por ejemplo, yo me llamo Carlos y de inmediato se podrán imaginar que mi familia es un poco tradicionalista y de izquierda. Puros Julios, Alejandros, Manueles, Víctores y Francos. Vaya sí hay francos en mi familia. Tengo un amigo que se llama Francisco Javier, de lo que inmediatamente sabemos que su familia vive, como dice el Gitano Rodríguez, con "un miedo inconcebible a la pobreza". Conozco a otros tipos que no le temen a la escasez y, en cambio, tienen rabia, profunda rabia. Suelen llamarse Byron, Eric, Marc y nombres por el estilo. Los Renés casi siempre son raros y descartaos. Las Javieras casi siempre son ricas. Los estanilaslaos son autoritarios; las Emas moralistas; los Ignacios más bien reacios; las soledades solitarias; las paces beleidosas, y los Rodrigo... hagan lo que tienen que hacer y les digo.

Polanco

20080727

Sonrisa

Salí de la casa con un portazo. Polanco estaba escuchando Strange Days de los Doors, tratando de lidiar con la relación de amor y odio que siente hacia el engrupido de Morrison. No me interesaba en lo más mínimo ese ejercicio, asi que tomé mis cosas y me fui, enojada. Cuando llegué al terminal de buses me encontré con que el próximo Pullman salía en veinte minutos y, en cambio, un bus Condor salía de inmediato. Las ganas de ver el mar y de perderme en el puerto, como en la canción de los Fiskales, pudieron más que el deseo de comodidad. Por suerte aún quedaban asientos en la parte de adelante. "Buen viaje señorita" me dijo sonriente el auxiliar de viaje, un muchacho que se parecía a Matías Fernández, el futbolista. Me senté en la segunda fila a la izquierda, junto a la ventana y a una muchacha con un montgomery negro. Cuando el bus entró a la carretera yo me apresté a sacar de mi cartera un libro de relatos eróticos. Como siempre pasa con este tipo de libros, me obligaba a estar pendiente de las personas que me miraban mientras leía. Sin embargo, la muchacha del montgomery no parecía importarle demasiado lo que yo hiciera. Realmente tenía una cara extraña, blanca, demasiado flaca y con los ojos muy grandes. Su mirada, además, estaba perdida, desenfocada mirando al frente. Intenté recuperar la concentración en el libro pero era imposible, asi que preferí guardarlo y mirar el paisaje. En eso, la muchacha suelta un suspiro lleno de angustia, dolor y nerviosismo. Se da vuelta y me mira con unos ojos llenos de terror. "Tengo un presentimiento" me dice. Ante mi cara de extrañeza responde con el mismo tono cargado de dolor "Tenemos que cambiarnos de asiento". Me pongo demasiado nerviosa sin entender qué le pasa, tal vez es supersticiosa. "Al lado viene un señor que es pedófilo y está mirándonos", hace una pausa. Sin tiempo de aterrarme siquiera miro a la corrida derecha del bus. Hay un hombre enorme, pecoso y bizco, vestido como oficinista y con un celular en su mano, con el que nos está tomando fotos. La muchacha me mira de nuevo con cara de aterrada y logra sacar un pequeño hilo de voz. "Soy vidente". Se para y se va hacia atrás. Yo me quedo ahí, inmovilizada por el horror. intento mirar de reojo al hombre, pero no me atrevo. Al parecer está sonriendo.























Aurora

Esto es privado

entiéndelo y destrúyelo.

Polanco

Re

"Tío, con todo irrespeto y la más humilde de mis arrogancias, ¿me coopera con una monedita pal vinacho?". Me dice que no tiene y levanta las manos, disculpándose con la mirada. Yo, que no soy muy propenso a aceptar las disculpas, le dedico una mirada corrosiva. En eso llegan dos españoles con cerveza. "Pozh que zomos ezpañolez", "ni un brillo, el Colo le ganó al Real Madrid" les digo. "Poz que en Barzelona el hip hop ez una cultura que contiene el grafitti, el rap, el break dance...". Me dan cigarros y cerveza. Yo, en agradecimiento, les recomiendo ir a caminar por Matucana pa que entren en confianza al filoso toque. Se acerca una mina."Princesa, ¿me coopera con una monedita pa la micro?". Media hora más tarde, y con la borrachera ya un poco recuperada, llega Petter. "Wena weón, tenís vino". "Eso es lo bueno de esta plaza de mierda, que está llena de revolucionarios que pagan por su café y sueltan monedas para los pobres diablos" "Sí, ahora vamos al río" "ya igual". Todavía no reparan el paradero, asi que rompemos focos. Como nunca, llegan los de la seguridad ciudadana. Corremos y nos perdemos en un barrio cuico y fome. Nos sentamos en la cuneta y, de inmediato, desde una ventana de un segundo piso se asoma una vieja en bata. La miramos y se intimida, se tapa un poco con la cortina. "¿Qué te pasa vieja y la conchetumadre?" le grito. El resentimiento por lo menos es un sentimiento; yo soy resentido de todo, menos del ano.

Polanco

20080726

COMO TE EXTRAÑO MI AMOR POR QUÉ SERÁ

No podía ser la marihuana el centro de mi vida, ni el periodismo. Por esa razón empecé a meterle pastillas al copete y me volví pintor. En el primer cuadro que hice una mujer caminaba desnuda, mutilada, por una ciudad destruida por una bomba de hidrógeno. Lo llevé a un bar, lo cambié por cerveza, le metí pastillas a la cerveza, y ahí se me ocurrió matar a la Carola. De fondo sonaba Leo Dan. Entonces fui a casa y pasó lo del perro, y pinté doscientos cuadros como penitencia. Doscientos perros muriendo en delirio tembloroso. Pancho Wander, que siempre pasaba por mi casa cuando venía de la parroquia, me los compró al toque, aunque dijo que no tenían ni un brillo, pero que para algo le servirían. Con la plata que me dio viajé al norte, maté a la puta, me fui en cana y en cana escribí mi libro Gloria y Nosotros Cuándo. Ahí descubrí mi gusto por los morenos, y ofrecí mi culo a cambio de drogas varias. Me llamaban La Maraca Raquel. Y qué pasa.


Juancalavera

Puntos aparte

Llego a redacción y me encuentro con las miradas piadosas de mis compañeros de trabajo. "Está despedido" me dice el homosexual reprimido de mi jefe. "Ni un brillo voh y tu puto diario" le respondo, lo escupo y me voy. En la calle deambulo sin rumbo. ¿Y ahora qué? me pregunto, mientras me río de un escolar que le saca fotos a unos perros culeando. Tomo la micro al bar italiano. "Ustedes no tienen remedio" me dice el tío Chure cuando entro. Le estoy pidiendo una cerveza y escucho un silbido, es Juan Calavera que está sentado en una mesa. Me cago de la risa y le pregunto "¿Qué chucha estai haciendo aquí un día martes en la tarde?". "No quiero trabajar más, no tiene sentido tanto informe y archivo y mierda que nadie lee y que no sirve para nada más que para justificar de alguna forma el tipo de vida de unos conchasdesumadres" "tenís razón, a mí por la misma actitud me acaban de despedir" "estaba bueno ya po" "sí, mucho tiempo siendo una perra de estos weones" "sírvete chela mejor". Me cuenta que había dejado de tomar por unos días porque había llegado a su casa borrachísimo y, sin darse cuenta, había pisado al perro poodle que le había regalado su mina el día anterior y lo había reventado. Pedimos no sé cuántas cervezas más y nos vamos en busca de nosequé. Ya está de noche y la calle sigue llena de gente corriendo. "Hace demasiado tiempo que no consigo una mujer" me dice, "yo tampoco, ya me cansé de las mujeres... en realidad del fracaso" "ayer no sé qué mierda les hablaba a las locas, trataba de entretenerlas y parece que no lo lograba" "de aonde, estaban cagás de la risa, el problema es que eso era lo mejor que podían hacer" "sí, se dan mucho color". Entramos al supermercado a buscar algo de comida. Cuando vamos saliendo escucho un autoritario "Hey jóvenes". Corremos, pero un guardia nos cierra el paso. Nos hace devolver la botella de ron y el tarro de papas fritas que llevábamos bajo la chaqueta. Nos lleva a una pequeña oficina con un tubo fluorescente y con una radio en la que suena un partido del Colo Colo. "Elijan ¿Llamo a los pacos o quieren hacer ejercicio?". Elegimos el ejercicio, obvio. Entonces el guardia se acomoda en una silla y nos pide que hagamos treinta flexiones de brazo. "No estoy ni ahí" digo, "chúpalo" dice Juan Calavera. Cuando el guardia amaina tomar el teléfono ya estamos en el piso cumpliendo el castigo. "Ahora cincuenta abdominales" nos dice cuando terminamos. "Viejo conchetumadre" le digo. Estalla en una carcajada. Cuando nos deja ir, vamos por lo nuestro al supermercado del frente. Nos vamos a un parque que está en la orilla del río y donde se ve algo de la ciudad y la cordillera. Cuando llegamos nos encontramos con Piero rompiendo un paradero en el que aparece una imagen de Arturo Prat con el Padre Hurtado. De una patada quiebra los tubos fluorescentes y al piso cae un afiche que dice "Héroe o santo, tú eliges".

Polanco

20080723

con la suma de secretos con que jugamos a tocarnos, con tu amor piante y carnívoro anidando en mis ojos fosforescentes, júzgame, carola, cuando me allegue a tu templo, cargando mi imagen de cueros heridos y acalambradas manos.

así entramos los sucios en tu reino uno tras otro, lo inmoral como estandarte seduciendo tu fe con pulenta astucia, a medianoche las pezuñas temblando.

son tus propias cuchillas las que mi beso dispara, la saliva de tus propios muertos siempre volviendo, tan violentas como rotweiller.

entonces podrías pensar son sílabas demasiado amargas para ser sinceras.

y entonces yo podría decir que mereces la muerte y que yo no merezco el abismo que extiendes como sábana negra entre las curvas de tu cuero y mi tacto celoso, y que es preciso que me detenga para no golpearte y arrastrarte semejante a un criminal sediento, que no todos los hombres somos tan fuertes como las monjas de tu convento.



Juancalavera

20080720

LA ISLA DE LAS FLORES: estudios culturales latinoamericanos


laberintos de flujo
inabarcables
sociedades anónimas
descalabro hepático
cerebros azules
caseríos bastardos
jovencitas cochinas
cuerpos de leche
adoratrices
monjas de lo cuma
aludo al suburbio
a los pajarones
a la dictadura
voluminosa
a duros ambientes
vietnamitados
pastabaseados
toques de queda
paqueos gratuitos
en la gris lleca
madrugadas prohibidas
ingestión de productos
abrasivos
abuso de silencios
de máscaras
de vueltos niños
ciegos de ganas
encaramándose
como brígidos cóndores
jugueteando en la brisa


Juancalavera

        "¿Qué le pasa a la niña, vieja?" "ay no seas copuchento, la Laurita ya no es una niña y tiene derecho a su intimidad" "Pero si no es de copuchento, es sólo que si mi hija va a andar saliendo con alguien me gustaría enterarme" "Por supuesto, si te entiendo", "¿Qué cuchichean tanto ustedes dos?""Nada mija, usté sabe como es su papá" "¿Cómo soy yo, a ver? y usted, mijita ¿Por qué se arregla tanto?" "No, nada...tengo qué hacer".

        Apenas retumbaron sus hombros, Laura supo que había cerrado la puerta con demasiada fuerza. "Bueno, fue sin querer" se dijo, y redobló el paso. A pesar de que acostumbraba caminar por Villasana hasta San Pablo, esta vez dobló en la primera esquina. Cuando lo hacía, se imaginó, o quizás vió, a su padre asomarse en la entrada de su casa ya destinada al olvido. Se sentó en el escalón de la puerta de una casa. Sacó el espejo y encendió un cigarrillo. Se pintaba los ojos cuando se abrió la puerta. En un eléctrico instante, Laura guardó el maquillaje, el espejo, se puso de pie y le sonrió al joven barbudo que salía de la casa. Él respondió con un arqueo de cejas y un "hol.." que se diluyó tímidamente, como su mirada en el pavimento. Recién cuando él se alejó, Laura recordó que tenía un cigarro acumulando cenizas en su mano. Le dio una bocanada, sabía mal. Dejó pasar algo de tiempo y luego caminó hasta el paradero. Esperando la micro estaba el joven de barbas mirándola, o al menos eso le pareció a Laura que creyó haber alcanzado a cruzar una mirada con él, antes de que se concentrara en el horizonte desde donde aparecería la micro. Ésta no tardó mucho en aparecer. El muchacho también subió, pero a diferencia de Laura, no consiguió un asiento. Ella lo miraba e imaginaba una conversación consigo misma. "Sólo falta que él sea Max""¿Te imaginai?""Sería muy divertido... además es muy rico" "Ojalá entonces que sea él" "No creo, acuérdate que Max es rapero y este que viene acá más bien parece un mendigo" "Igual me mira... mejor leo algo". Sacó de su cartera El pan de los años mozos de Heinrich Boll. Abrió el capítulo uno y empezó a pasear los ojos por sobre las letras. Trató de concentrarse, pero le resultó imposible; su cabeza estaba puesta sólo en el esperado encuentro con Max. "¿y si a él le gusta Boll y se da cuenta que no he leído tanto como él y me encuentra tonta?" "que raro nunca haberle hablado de libros" "¿y si me encuentra muy perna?" "mejor no le voy a hablar nada de Boll". Laura guardó el libro y miró hacia afuera; ya iba en la Plaza de Armas. Su vista buscó al muchacho de barbas, pero al parecer ya se había bajado. Sacó su personal y se puso a escuchar un compilado que se había hecho la noche anterior, mientras chateaba con Max. Sonrió al pensar en lo patética que era la situación. "Nadie puede enterarse de esto" "y yo que me burlaba de la Katty". En un abrir y cerrar de ojos, ya estaba en Plaza Italia. Tocó el timbre y bajó. Los nervios la consumían completamente, por lo que prefirió darse una pequeña vuelta por el parque antes de ir al Telepizza, punto de encuentro. Además aún le quedaban cinco minutos. Decidió que era buena idea ir a comprar cigarros para rellenar un poco el tiempo. No quería estar antes que él, mirando a todo el mundo que se parara ahí para ver si cumplía con la descripción de Max. Prefería que él la reconociera como Laura, la muchacha baja, de pelo castaño, con un abrigo negro y un pañuelo verde. Cruzó el Puente Pío Nono para comprar cigarros. Ahora tenía dos cajetillas y ni siquiera le gustaba tanto fumar. Prendió un cigarro, estaba realmente nerviosa. Inhaló tan fuerte que su pecho se infló y, con él, su valentía y personalidad. Ya no había vuelta atrás. Caminó rápido, mirando desde lejos el punto de encuentro. A priori, no veía a nadie que cumpliera con la descripción. Cuando estuvo afuera de la pizzería, corroboró su impresión. Miró su reloj, estaba siete minutos atrasado.

        Joao Sabrosa

        20080719

        "Hoy no tomo" es la primera mentira del día, las otras se relacionan con pensar que nada importa. Las siguientes palabras se tambalean sin estabilidad en mi cabeza: "no necesito del trago para ser feliz". Y que tal si es verdad, que pasaría si aquella reflexión resulta ser real y la puta malcriada quiere quedarse la noche. Un higado dañado por el tiempo se esta quejando. Yo insulto a la falta de lucidez mental que tengo en ciertas situaciones. Realicé un ejercicio bastante productivo, el cual consistió en resumir mi alegría a aspecto de satisfacción concretos:

        -Whisky.
        -Mujeres.
        -Sobrevivir (hasta que me aburra).
        -Comida.
        -Música.
        -Cagar.
        -Estar en paz.

        Lo último me pareció una estupida utopía irrealizable, pero lo puse por si las moscas. Lo único que aporto es desperdicio. ¿Porque la vida debería tratarme mejor que eso?

        infame