20080726

Puntos aparte

Llego a redacción y me encuentro con las miradas piadosas de mis compañeros de trabajo. "Está despedido" me dice el homosexual reprimido de mi jefe. "Ni un brillo voh y tu puto diario" le respondo, lo escupo y me voy. En la calle deambulo sin rumbo. ¿Y ahora qué? me pregunto, mientras me río de un escolar que le saca fotos a unos perros culeando. Tomo la micro al bar italiano. "Ustedes no tienen remedio" me dice el tío Chure cuando entro. Le estoy pidiendo una cerveza y escucho un silbido, es Juan Calavera que está sentado en una mesa. Me cago de la risa y le pregunto "¿Qué chucha estai haciendo aquí un día martes en la tarde?". "No quiero trabajar más, no tiene sentido tanto informe y archivo y mierda que nadie lee y que no sirve para nada más que para justificar de alguna forma el tipo de vida de unos conchasdesumadres" "tenís razón, a mí por la misma actitud me acaban de despedir" "estaba bueno ya po" "sí, mucho tiempo siendo una perra de estos weones" "sírvete chela mejor". Me cuenta que había dejado de tomar por unos días porque había llegado a su casa borrachísimo y, sin darse cuenta, había pisado al perro poodle que le había regalado su mina el día anterior y lo había reventado. Pedimos no sé cuántas cervezas más y nos vamos en busca de nosequé. Ya está de noche y la calle sigue llena de gente corriendo. "Hace demasiado tiempo que no consigo una mujer" me dice, "yo tampoco, ya me cansé de las mujeres... en realidad del fracaso" "ayer no sé qué mierda les hablaba a las locas, trataba de entretenerlas y parece que no lo lograba" "de aonde, estaban cagás de la risa, el problema es que eso era lo mejor que podían hacer" "sí, se dan mucho color". Entramos al supermercado a buscar algo de comida. Cuando vamos saliendo escucho un autoritario "Hey jóvenes". Corremos, pero un guardia nos cierra el paso. Nos hace devolver la botella de ron y el tarro de papas fritas que llevábamos bajo la chaqueta. Nos lleva a una pequeña oficina con un tubo fluorescente y con una radio en la que suena un partido del Colo Colo. "Elijan ¿Llamo a los pacos o quieren hacer ejercicio?". Elegimos el ejercicio, obvio. Entonces el guardia se acomoda en una silla y nos pide que hagamos treinta flexiones de brazo. "No estoy ni ahí" digo, "chúpalo" dice Juan Calavera. Cuando el guardia amaina tomar el teléfono ya estamos en el piso cumpliendo el castigo. "Ahora cincuenta abdominales" nos dice cuando terminamos. "Viejo conchetumadre" le digo. Estalla en una carcajada. Cuando nos deja ir, vamos por lo nuestro al supermercado del frente. Nos vamos a un parque que está en la orilla del río y donde se ve algo de la ciudad y la cordillera. Cuando llegamos nos encontramos con Piero rompiendo un paradero en el que aparece una imagen de Arturo Prat con el Padre Hurtado. De una patada quiebra los tubos fluorescentes y al piso cae un afiche que dice "Héroe o santo, tú eliges".

Polanco

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