20090114

Virgen fue tu cuna

Te tomaré de las dobladas campanas
por tanta matanza ajena, bebiendo
de arácnidas copas, venenos sagrados
y mascaré cada pétalo de tu marchitez
para escupirlo en tu rostro, amado

Al cielo más azul que el azul, amenazan cúmulos
de semen, perturban el curso del agua
de este cristalino zanjón, donde probaste
la sagrada flor de un varón
al que jamás volviste a recordar

Robaré a diario de tu biblioteca,
ladrona, que no todos soportamos aún
el resonar de tu polen, grave
oculto entre la espesura del hierro
y las profundidades del insomnio

Acurrucada, te dejaré en la negrura
entre la mala fe y la fe, pletórica
de fulgor en tu calabozo, calendarios amargos
como dinero, molidos, deslizándose
entre cada hueso de tu mano perdida

Las calles por las que nunca caminamos
se vestirán de fiesta y cantarán
tristes, oscuras, laberintos de neón
que se desarman con cada solfeo
y regresan al olvido del que nacieron

Te pegaré en público para desamordazarte
y luego acariciaré tus hombros manzanos,
ajados por el tiempo, la brisa matutina
se reirá de nosotros, borrándonos
como a todos, el polvo entre las cejas.