20081201


Escurridizos bastardos son los que se fugan por las paredes, duendes que amenazan con fumarse mis tripas sino les consigo un prensao para su angustia. El día anterior el sueño se apoderó de mi leproso cuerpo y cuando abrí los ojos, uno de los pequeños mierda intentaba abrirme el estómago con un corta cartón que guardaba en una caja carcomida por el tiempo y las mudanzas. No tengo puta idea cuanto más resista, las botellas de ron se estan acabando y con ellas las ganas de seguir peleando con los desgraciados esos que habitan mi casa y le han puesto precio a mi cabeza.

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